REVELACIONES
PARA UN CREYENTE
Sé el camino
Vi la puerta
Tengo la llave
…Me falta la fe.
Raúl Jaime Gaviria
Preguntas:
¿cómo negarnos la posibilidad de un dios?
Su camino lo has
trazado tú,
y no estás enterado.
Después de todo
has olvidado,
soy testigo,
que puedes volar:
has usado alas
extrañas
desde que abriste la
ventana.
Tú, tú mismo:
acostado en el ojo
ajeno que esto
contempla.
En el vasto
territorio del poema,
ese ojo es el vacío
de tu caravana
que no has querido
reconocer.
Brote de oscuro
alimento,
silencio
que mana astros sin queja.
Quieres
pronunciar la palabra,
existes
para su fuente que también declina.
Digas la palabra que
digas-
agradeces
el deterioro.
Una palabra-ya sabes:
un cadáver.
Su putrefacción:
tu inmerecida mesa,
gangrenado hedor
que la flor aventaja
en su estática
batalla.
Dios niño y viejo
víctima de su propio
pulso,
te arrebatas y te
pretendes ya
maduro árbol que
insistes en talar.
Semilla petrificada
en tu ojo.
Cielo ponzoñoso es tu acto,
movimiento oscuro en
su nada.
Dictado del espejo
donde has perdido el
rostro
en la preocupación de
otras imágenes.
Bestia y ángel
venidos a la matanza,
línea quebrada de
asuntos inútiles,
enmudeces al roce de
la noche.
Seis pétalos te
incendian.
Siete colores,
ocho sellos.
Hálito que te habita
para recordar lo
asfodélico,
el mundo que está en
tus manos,
tu nave abandonada en
el desierto.
Giro,
desnudez,
momificado repetir
que flaquea
es tu visión ciega que se hunde en tu cama.
Sabes el camino.
Viste la puerta.
Tienes la llave.
…La fe no abierta
es tu propio caminar.
Dentro de ti mismo,
tú.
Eso eres.
Eres eso.
No lo busques en otro
lugar.
Tierra,
nada
más que tierra.
A
la que volverás alguna tarde.
Víctor Raúl Jaramillo
Tomado del libro inédito: Palabras como cadáveres
En este poema leo la tristeza de mi vida en vano... Gracias Sr. Jaramillo
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