Fue cuando el primer hombre y la primera mujer se
besaron que se aprendió el lenguaje: al movimiento de sus lenguas, agregaron
sonidos que trenzados formaron fonemas que junto a otros fonemas lanzaron
palabras apasionadas y luego oraciones con intención. El lenguaje nació,
entonces, como un mirarse el uno al otro. Por eso el lenguaje es ante todo
cuerpo, es una erótica, y no debe ser taxonomizado como signo y significado,
sino que debe ser disfrutado como un goce donde se reconoce al semejante, debe
ser carne amorosa y sentido, creación.
lunes, 7 de mayo de 2012
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