miércoles, 27 de abril de 2011

PRIMEROS POEMAS

BOSQUEJO

Estar frente a la fuente
donde el agua es la piedra
ruborizada
desnuda

Ver los rostros
descuartizados del poema
y los ojos del sol
que saltan desde el fondo
sedientos
***
EL AHORCADO

Sus ojos fijos en la puerta

Parecía esperarse
con la soga en las manos

Así todo sería un sueño
***
NOVICIADO

Mientras se persigna
en penitencia
el deseo tiembla
entre sus piernas
***
MAGIA

Introduce su mano en el sombrero
mostrándolo al público
para confirmar que efectivamente está vacío,
que no hay truco.
Lo tapa con una seda amarilla
lo pone en la mesa
y dice las palabras mágicas:
Arancaranara
Jesdalaherton
Te-ki
al tiempo que hace
unas cuantas piruetas
con las manos.
Luego de observarse
un profundo silencio,
quita la seda
y un estupor repentino lo enmudece,
lo paraliza.
No resiste verse riendo de sí mismo.
***
CARTA

Tan sólo
pedirle al mundo
que te comprenda
sin pretextos
sin vacilaciones
***
Una lechuza inquieta
al borde del amanecer

Dos cuerpos amándose
sobre el hielo de diciembre

Una sombra de humo gris
tras el árbol que los oculta
***
Asfixiado
de ladrillos
te veo ahora
verde fresco
donde anticipé
el último paraíso
***
Le encargaron la demencial tarea
de cubrir con esperanzas
su último suicidio

Así tendría posibilidades
de volver a morir
***
Fue la única culpable
de que en la mirada del espejo
se notaran sus envidias

Anda por ahí buscando el reflejo
***
Apolo duerme sobre una nube
Apolo parece la nube
Apolo es la nube

Vaya desilusión
hemos estado adorando un falso Apolo
***
a Eufrasio Guzmán

En un árbol viejo y robusto
grande como un árbol grande
está la historia de los hombres
su memoria
solo
enajenado con el cielo
indiferente a las raíces
que se aferran a la tierra
***
No hay que avergonzarse
el temor es una aldea de rostros grises
en la cual todos tenemos asilo

No hay por qué temer
la soledad
es un pájaro parado en la rama de un roble

El silencio es un corazón enamorado
el silencio
***
Algún día
un día
el día de acercarnos
sin pensar
vibración de la carne
música de huesos y centellas
llegará

Por ahora sostén tu abrigo
no lo arrastres
***
Mi río
o cualquier río
el agua del río
que humedece tu gesto
mi río que quiere morder tu piel
y seguir

Sentirás las manos del sol