martes, 18 de diciembre de 2012


REVELACIONES PARA UN CREYENTE

Sé el camino
Vi la puerta
Tengo la llave

…Me falta la fe.

Raúl Jaime Gaviria

Preguntas:
¿cómo negarnos la posibilidad de un dios?

Su camino lo has trazado tú,
y no estás enterado.

Después de todo
has olvidado,
soy testigo,
que puedes volar:
has usado alas extrañas
desde que abriste la ventana.

Tú, tú mismo:
acostado en el ojo
ajeno que esto
contempla.

En el vasto territorio del poema,
ese ojo es el vacío
de tu caravana
que no has querido reconocer.

Brote de oscuro alimento,

silencio que mana astros sin queja.


Quieres pronunciar la palabra,
existes para su fuente que también declina.

Digas la palabra que digas-
agradeces
el deterioro.

Una palabra-ya sabes:
un cadáver.

Su putrefacción:
tu inmerecida mesa,
gangrenado hedor
que la flor aventaja
en su estática batalla.

Dios niño y viejo
víctima de su propio pulso,
te arrebatas y te pretendes ya
maduro árbol que insistes en talar.

Semilla petrificada en tu ojo.

Cielo ponzoñoso es tu acto,
movimiento oscuro en su nada.
Dictado del espejo
donde has perdido el rostro
en la preocupación de otras imágenes.

Bestia y ángel venidos a la matanza,
línea quebrada de asuntos inútiles,
enmudeces al roce de la noche.


Seis pétalos te incendian.
Siete colores,
ocho sellos.

Hálito que te habita
para recordar lo asfodélico,
el mundo que está en tus manos,
tu nave abandonada en el desierto.

Giro,
desnudez,
momificado repetir que flaquea
es tu visión ciega que se hunde en tu cama.

Sabes el camino.
Viste la puerta.
Tienes la llave.

…La fe no abierta
es tu propio caminar.

Dentro de ti mismo, tú.
Eso eres.
Eres eso.

No lo busques en otro lugar.

Tierra,
nada más que tierra.

A la que volverás alguna tarde.



Víctor Raúl Jaramillo
Tomado del libro inédito: Palabras como cadáveres

1 comentario:

  1. En este poema leo la tristeza de mi vida en vano... Gracias Sr. Jaramillo

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